Cuando era niño,
algunas veces fui al estadio a ver jugar al UTC con mi padre y mi hermano.
Entonces el UTC, al igual que ahora, era parte del futbol profesional e
indistintamente jugaba cada domingo con equipos de todo el país, fue cuando
venía Cristal o Alianza, El Torino de Talara o Los Diablos Rojos de Piura… y
cuando el éxito de una temporada le dio en el rostro hasta llegaron a jugar el
Wisterman de Bolivia y el Colo Colo de Chile.
Cajamarca en ese
tiempo era una ciudad más pequeña, tan pequeña que aun en los partidos más
importantes el estadio no se llenaba en su totalidad. Entonces era frecuente
encontrar a muchos conocidos que eran parte de la escena cajamarquina, hoy
algunos de ellos ya no están y partieron dejando una estela de recuerdo, otros
en cambio aun siguen entre nosotros y no han perdió la vigencia de siempre – El
Loco Terry por ejemplo, especialista en mentar la madre a cuanto jugador falle
una jugada o cuanto personaje de entre el público se le ocurriera mirarlo-
En el entre tiempo
ya se había establecido como un ícono el frito con el cebiche – ese
plato que hoy se ha convertido en una de las banderas de nuestra gastronomía
local y que pese a ser una combinación de cerdo con pescado nos resulta tan
agradable siempre- Era infaltable un frito con cebiche en un plato de
loza o de plástico, los descartables eran una utopía impensable en esos días –hoy
son el pan de cada día-
Eran mediados de
los ochenta. A los diez años uno siempre sueña con ser un futbolista y ser un
gran campeón – como dice la letra de una canción que canta mi hija Azul- Hasta
tiene su equipo de calichines y es el dueño de la pelota, lo que en cierta
forma es muy beneficioso porque eso nos otorga el poder que hace falta a esa
edad para jugar en un equipo sin necesidad de ser muy hábil con el balón. En ese tiempo tenía, para suerte mía una
pelota de cuero y bladder de 32 paños y un equipo de fulbito que empezaba a
ganar algunos trofeos en el vecindario y en los extramuros de una vida de
infancia. – Además de ello era el único poseedor de dos pares de guantes de
boxeo, lo que me convertía en el Don King del barrio-
El tiempo se
encarga de desengañarnos y otras veces los amigos y un buen día descubrimos que
en definitiva lo nuestro no es el fútbol, menos el boxeo y decidimos que el rol
que en una contienda futbolística tenemos es el de espectador, el de sufrido y
dolido hincha. Y que ahí, sentados en una butaca no se juega nada pero se sufre
mucho.
El partido jugado
por la UTC el domingo en Puno, ha significado el inicio de una nueva era para
Cajamarca, una era con historias que aguardan ser escritas. Es increíble el
movimiento económico que se genera en torno al estadio cuando hay un partido y
eso pasará en los próximos meses gracias a la presencia del fútbol profesional
en nuestra ciudad.
Las próximas veces
que el UTC juegue en Cajamarca, todos podremos disfrutar de un futbol que hace
casi 20 años no veíamos en Cajamarca. Hoy más allá de tintes políticos y
diferencias ideológicas todos los cajamarquinos por igual disfrutamos del
ascenso del equipo de Cajamarca a una nueva era, esa debe ser la nueva era en
la que debemos pensar, positivamente y no en que el sábado se acabará el mundo,
es un absurdo.
El mundo se acaba o
empieza cuando nosotros lo creemos y queremos y esta vez para los cajamarquinos
empezamos una nueva historia, una en la que el UTC es el dueño del balón.