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viernes, diciembre 14, 2012

“Fe de ratas”



El Ejecutivo publicó ayer la fe de errata del Decreto Legislativo 1150, referido al régimen disciplinario de la Policía Nacional del Perú, en el que se hacen correcciones en la definición de algunas infracciones contra la imagen institucional.

De esta manera, en la infracción del código MG55, cuya sanción es pase a la situación de retiro, el decreto dice: “Tener relaciones sexuales con personas del mismo género, que causen escándalo o menoscaben la imagen institucional.”

Debe decir: “Tener relaciones sexuales que causen escándalo y menoscaben la imagen institucional”, de acuerdo con la fe de erratas.

Asimismo, la infracción del código G72 referido al maltrato físico o psicológico a los padres, cónyuge, excónyuge, conviviente, exconviviente, hijos o personas a su cargo, la sanción dice: “De 6 a 10 días de sanción de rigor”, y debe decir: “De 11 a 15 días de sanción de rigor”.

También se precisa que contra una resolución de sanción, en la etapa de decisión, el infractor puede interponer recurso de apelación ante el Tribunal de Disciplina Policial, cuando en realidad debe hacerlo ante la Inspectoría Regional que emitió el acto impugnado.

En este caso se mantiene el plazo de cinco días hábiles contados a partir del día siguiente de la notificación. Esta fe de errata fue publicada ayer en el Diario Oficial El Peruano, junto a otra que hace una modificación no sustantiva sobre el régimen de pensiones del personal militar y policial.

La enmienda ha sido inmediata y el tema discriminatorio por lo tanto corregido, la velada homofobia que el decreto encerraba fue puesta al descubierto y hasta la ministra de la mujer se pronunció en contra de la propuesta. Queda claro que más allá de la propuesta que alguna vez hizo el candidato Ollanta Humala de matar a los homosexuales si llegaba a ser presidente, se ha tratado de un lapsus que no ha pasado a mayores.

Muchos policías ahora podrán dormir tranquilos. Sin embargo es preciso incidir en el respeto a las instituciones, sea cual fuera su ejercicio, más allá de las opciones de vida que cualquiera tenga.

Si hay algo que cuestionar con drasticidad en las instituciones castrenses son los actos de corrupción, los excesos y abusos que suelen cometer los gendarmes con los civiles. Los hechos de excesos que se han registrado en lo que va del año han sido escandalosos.

Más allá de las aspiraciones rosas que cualquier elemento policial pueda tener, el Estado haría bien en reforzar la formación moral de quienes tienen como misión proteger al ciudadano y brindarle seguridad y muchas veces acaban mimetizados en el hampa, usando sus días de franco para cometer actos delictivos o delinquir desde las instituciones policiales cometiendo latrocinios ilustres que casi siempre quedan impunes.

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