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miércoles, mayo 19, 2010

Paros y palos




El paro de transportistas que se realizó ayer en Cajamarca ha sido uno de los más duramente reprimidos en los últimos años. Estamos de acuerdo en que los transportistas brindan un pésimo servicio a los usuarios, que los cobradores no tienen un mínimo de respeto por los pasajeros, que no respetan a los ancianos ni a escolares y que su conducta en las unidades móviles deja mucho que desear, igualmente que los choferes hacen de las pistas vías de carrera en donde se disputan un pasajero en loca carrera y que hacen un paradero de cualquier esquina para dejar o recoger pasajeros, sin embargo, los hechos sangrientos ocurridos el día de ayer han dejado un sabor amargo y violento en las retinas de los cajamarquinos y de los peruanos.

El uso excesivo de la fuerza ha causado varios heridos, lamentablemente la Policía Nacional del Perú encomendó la custodia de las calles a personal dispuesto a victimizarse en un tonto afán de sentirse héroes en medio de una marcha en la que no faltaron los gritos y los insultos.

Es reprochable y condenable la actitud de algunos transportistas que atentaron material y físicamente contra otros que habían decidió trabajar como de costumbre, por la responsabilidad imperante de tener una familia que mantener, muchos fueron agredidos por turbas vandálicas, sin embargo la gran mayoría de marchas se dieron de modo pacífico.

Y justamente en la Avenida de Los Héroes cuando un grupo de envalentonados policías decidieron reprimir a golpes a los manifestantes, peor aún, lanzando bombas lacrimógenas en esa zona donde abundan las Instituciones Educativas y como si todo eso fuera poco haciendo uso de balas de goma para dispersar a los transportistas, se suscitaron hechos violentos y sangrientos que deben ser cuestionados por las autoridades.

Un confundido general Jorge Iparraguirre salió a los medios de comunicación a dar explicaciones absurdas, además de prometer “una exhaustiva investigación” para determinar quien había hecho uso del arma con proyectiles de goma. Luego anunció que solo un efectivo portaba armas de ese tipo y una serie de versiones más que solo él entendió.

El uso de armas nocivas – Los proyectiles lanzados dejaron heridas abiertas en varios de los heridos – no puede ser potestad de irresponsables mozalbetes que metidos en un traje juegan a ser hombres para devolver al mundo sus frustraciones.

En el Perú estamos hartos de escuchar las promesas de las “exhaustivas investigaciones”, “sanciones inmediatas”, cuando sabemos que solo son diatribas falsas que pretenden ocultar los errores que siempre son tapados y que se van a repetir posteriormente.

Quien comanda un grupo de gendarmes abusivos merece la sanción correspondiente con todo el peso de la ley – en buen lenguaje castrense-.

El gobernador Manuel Bacón Tanta, una triste marioneta del gobierno, hizo un espectáculo por demás risible anunciando que no estaba enterado que habría un paro de transportistas, es decir, el gobernador no lee los diarios, no lee los documentos que le llegan a su despacho, no sabe ni en que día se encuentra.

Los transportistas merecen el repudio de la ciudadanía por su manera de actuar diariamente, en eso estamos de acuerdo, pero de ahí, que se los use como móviles de tiro al blanco por policías con ansias de sangre, discrepamos rotundamente. Todos somos ciudadanos, todos merecemos respeto.

Balcon Interior

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