Maña es el ingreso del carnavalón, miles de jóvenes participarán del jolgorio y, como otros años, las calles se verán abigarradas de cuerpos pintados, rostros desfigurados por la pintura y la grasa, ropas y trajes en retazos como parte de un atuendo carnavalero que se permite por ese día.
La entrada del carnavalón es una fiesta que se da una vez al año y que es aguardada por muchos con pasión, la gente embriagada por la fiesta del carnaval acompaña al ingreso del carnavalón, representado siempre por un muñeco de gran dimensión que va en un carro alrededor del cual los miles de participantes entonan coplas y gritan su alegría con desenfreno.
La fiesta del carnaval, si bien es una protesta contra los cánones establecidos no puede permitirse que sea usada para el fomento de actividades ilícitas que ponen el riesgo de las personas, su integridad su salud y su vida. La gente, ha sucedido siempre, al estar pintada se sume en el anonimato, y actúa muchas veces de un modo hostil con aquellas personas que no se unen a su juego, se ha visto casos en que han llegado a desnudar a las personas que encuentran en su camino, actitud que linda con lo delictivo.
La opción de jugar es libre y debe respetarse las decisiones de cada uno, el vandalismo y otras actitudes ponen en peligro la imagen de la principal fiesta de Cajamarca y la denigran.
Otro de los problemas que se presentan todos los años es la destrucción del patrimonio cultural, se pinta con esmalte y otro tipo de pinturas los muros coloniales, las iglesias, la pileta de la Plaza de Armas y hasta la propiedad privada queda siempre con huellas indelebles de manos de quienes aprovechan su anonimato por la pintura que llevan en su rostro para cometer esas deplorables acciones.
El papel que deben cumplir las fuerzas de la Policía Nacional, Serenazgo y Policía Municipal, resulta primordial en ese sentido, pues la función de vigilancia debe redoblarse ese día. Depende de los cajamarquinos que esta fiesta sea un periodo de algarabía y no de hechos lamentables que afean la ciudad y que desfiguran la fiesta del carnaval de cuya festividad Cajamarca es la capital del Perú.
La entrada del carnavalón es una fiesta que se da una vez al año y que es aguardada por muchos con pasión, la gente embriagada por la fiesta del carnaval acompaña al ingreso del carnavalón, representado siempre por un muñeco de gran dimensión que va en un carro alrededor del cual los miles de participantes entonan coplas y gritan su alegría con desenfreno.
La fiesta del carnaval, si bien es una protesta contra los cánones establecidos no puede permitirse que sea usada para el fomento de actividades ilícitas que ponen el riesgo de las personas, su integridad su salud y su vida. La gente, ha sucedido siempre, al estar pintada se sume en el anonimato, y actúa muchas veces de un modo hostil con aquellas personas que no se unen a su juego, se ha visto casos en que han llegado a desnudar a las personas que encuentran en su camino, actitud que linda con lo delictivo.
La opción de jugar es libre y debe respetarse las decisiones de cada uno, el vandalismo y otras actitudes ponen en peligro la imagen de la principal fiesta de Cajamarca y la denigran.
Otro de los problemas que se presentan todos los años es la destrucción del patrimonio cultural, se pinta con esmalte y otro tipo de pinturas los muros coloniales, las iglesias, la pileta de la Plaza de Armas y hasta la propiedad privada queda siempre con huellas indelebles de manos de quienes aprovechan su anonimato por la pintura que llevan en su rostro para cometer esas deplorables acciones.
El papel que deben cumplir las fuerzas de la Policía Nacional, Serenazgo y Policía Municipal, resulta primordial en ese sentido, pues la función de vigilancia debe redoblarse ese día. Depende de los cajamarquinos que esta fiesta sea un periodo de algarabía y no de hechos lamentables que afean la ciudad y que desfiguran la fiesta del carnaval de cuya festividad Cajamarca es la capital del Perú.
