La Municipalidad
Provincial de Cajamarca habría comprado recientemente 80 kilos de estricnina,
la pregunta que surge entonces es ¿Para qué adquiere un municipio un veneno tan
poderoso en grandes cantidades?, luego de la dantesca escena del último viernes
en el óvalo ubicado entre la avenida Perú y la colina Santa Apolonia, en donde
varios perros amanecieron muertos es fácil conjeturar que se trata de una
campaña de eliminación masiva de perros callejeros.
Una vez más los
voceros del municipio se contradicen, mientras por un lado dicen que no se
hacen corridas de toros en Corpus Christi por respeto a los antitaurinos y por
evitar cualquier conflicto, por otro lado salen a matar perros a las calles indiscriminadamente
haciendo uso además de venenos que han sido prohibidos por la misma
Organización Mundial de la Salud (OMS).
La estricnina es un
potente veneno que produce una gran estimulación de todo el sistema nervioso
central, agitación, dificultad para respirar, orina oscura y convulsiones,
pudiendo llevar a un fallo respiratorio y la muerte cerebral. En dosis mayores
de 25 miligramos puede producir la muerte por asfixia debido a la contractura
de los músculos torácicos. La dosis letal es de 15 a 25 mg. Las manifestaciones
clínicas aparecen de 10 a 30 minutos después de haberlo ingerido. La muerte es
lenta y atroz.
La Municipalidad
Provincial de Cajamarca parece que ha decidió aunarse a la Universidad Nacional
de Cajamarca en el maltrato sistemático que viene realizando desde hace años con
las cacerías de perros por toda la ciudad para realizar sus prácticas de
veterinaria. Pese a que la Ley 27265 -Ley
de protección a los animales domésticos y a los animales silvestres mantenidos
en cautiverio, vigente desde el 8 de mayo del 2000, lo prohíbe en todos sus
extremos-. La ley 27265 solo exceptúa a las peleas de gallos y las
corridas de toros y demás espectáculos por considerarlos “de carácter cultural
por la autoridad compéteteme” – una felonía heredada de la colonia-.
Sullk´a Wasi,
agrupación de personas amantes de los animales y que trabaja sin fines de lucro
viene realizando titánicos esfuerzos por evitar que se sigan cometiendo este
tipo de abusos y vejámenes con animales indefensos – los canes no solo permanecen
enjaulados, sino que no tienen alimento y son sometidos a una serie de
experimento como si de un campo nazi de exterminio se tratara la facultad de
Medicina veterinaria de la UNC –
Cuando los
españoles llegaron a Cajamarca se pregonaba a los cuatro vientos que los
indios, naturales de América, no tenían alma, por lo tanto eran inmunes al
dolor, fue Fray Bartolomé de las Casas quien desvirtuó esa mentira. Hoy sabemos
que todo ser humano posee un alma. Hasta las plantas sienten dolor, más aun un mamífero
que es sometido a fracturas, operaciones, cortes… para luego “curarlo” por eso
hay leyes que condenan ese tipo de hechos.
Mientras que en la
Universidad de Piura el rector salió avergonzado a pedir disculpas por las
malas prácticas – similares a las de la
UNC- que se realizaban en su campus, en Cajamarca ni los docentes de la UNC
quieren reconocer lo que hacen, ni el Ministerio Público quiere intervenir,
pese a que hay leyes vigentes que condenan estos hechos y prácticas.
Por lo pronto con
esa cantidad mortífera de estricnina sería bueno tener cuidado con las mascotas
que ya se empezaron a encontrar cúmulos de perros muertos en Cajamarca y al
parecer la campaña continuará, porque dicen que así “Cajamarca seguirá siendo
siempre bella”, será bella pero sobre un pensamiento con métodos oscurantistas
y perversos, como si aun la edad media dominara la mente de algunos asesores y
políticos.