Roberto Sánchez, más conocido como Sandro de América, no resistió más y murió la noche del lunes a los 64 años, cuando el año nuevo anunciaba días felices. El Gitano" falleció en el Hospital Italiano de la ciudad argentina de Mendoza, víctima de un "shock" séptico, 45 días después de haber sido sometido a un trasplante cardiopulmonar.
Se consagró como el “Elvis Presley” argentino gracias a sus movimientos pélvicos y a centenares de temas, como Rosa, rosa o Yo te amo, que hicieron delirar a sus “nenas”. Fue el primer artista de Latinoamérica en llenar el Madison Square Garden de Nueva York.
Tuvo un romance afamado y mediático con la cantante argentina María Martha Serra Lima, con quien hace casi una década grabó un sencillo que vendió por millones.
Sandro ya sabía que la vida le tenía reservada una cuenta pendiente con el tiempo, se trataba de un enfisema causado por su afición al cigarrillo, en algunos programas últimos en los que hizo presentaciones esporádicas en vivo recomendaba dejar esa afición pues la consideraba extremadamente dañina y razones para ello le sobraban.
Los diarios del mundo le han rendido sendos homenajes en sus páginas bajo titulares que explican el cariño que siempre se le tuvo a uno de los últimos cantantes románticos del mundo. En el Congreso de la República Argentina se le rinden honores al féretro a ese gitano impredecible que además de sus cientos de éxitos musicales tuvo una filmografía de 16 películas.
Hace solo unos meses el reconocido cantante venezolano José Luis Rodríguez “El Puma” grabó un disco dedicado a Sandro, tal vez por gratitud, porque según refiere el cantante venezolano le debe a él, el apelativo del felino, o quizás porque como viejo zorro, más que puma, intuía que la vida que le quedaba estaba sujeta a muchas circunstancias a un lance de dados que finalmente no jugó a su favor.
Hoy el interprete de “El Amante” ha cantado por última voz esa maravillosa canción hablada que decía: Tengo que decirte adiós, en silencio y sin hablarte / pues yo no puedo arrastrarte a pagar tan duro precio/ que si fue la vida, que si fue nuestro destino/ solo es el camino de aquel… aquel que siempre camina…