Álamo Pérez Luna es un periodista olvidadizo, hace tres semanas que ha iniciado una campaña de “limpieza” en la prensa, campaña que es difundida con cinismo en románticos capítulos por un programa que lo acogió cuando fue despedido de América televisión junto a su indeseable jefe Nicolás Lucar.
Álamo se rasga las vestiduras cada domingo emitiendo capítulos en contra de las “difamaciones” que él considera como tales y que según manifiesta desprestigian y ensucian la libertad de prensa que es uno de los derechos fundamentales del periodismo.
Inició el sórdido y patético segmento atacando a Magaly Medina que si bien su programa no es menos despreciable que el personaje Pérez Luna, no se puede negar que ha tenido un éxito televisivo masivo y que su fama ha trascendido las fronteras del país para incursionar en países de Latinoamérica y hasta en los Estados Unidos de Norteamérica.
El último domingo atacó de la manera más vil y vulgar a Jaime Bayly con una actitud homofóbica que evidenciaba un odio pertinaz y contundente con el laureado escrito. ¿Laureado escritor? Así es, Bayly es el único escritor peruano después de las Luminarias como Vargas Llosa y Alfredo Bryce, que consiguió un segundo puesto con el afamado premio mundial “Planeta” (Bryce y Vargas llosa obtuvieron los primeros puestos en diferentes años) puede gustarnos o no su narrativa o temática, pero tampoco podemos negar que ocupar el segundo puesto en el premio Planeta además de ganar el “Herralde” es un mérito que pocos alcanzarán en años venideros.
Álamo olvida sus acuerdos con la dictadura fujimontecinista y la famosa entrevista a los siameses Vladimiro Montecinos y Alberto Fujimori en la célebre salita del SIN, cuando ambos personajes se presentaron con idénticas corbatas y ternos del mismo color, el entrevistador: Álamo Pérez Luna, el sirviente de la dictadura y sirviente del desdeñable Nicolás Lucar quien osó poner en riesgo la naciente democracia cuando don Valentín Paniagua ingresaba como presidente Interino.
Pérez Luna no solo trabajó para Lucar y Fujimori, sino para los Crusillat, los mafiosos de los medios de comunicación que purgan condena en una cárcel limeña.
En la última edición de su programa señaló a un afamado actor como uno de los personajes que Bayly menciona en la columna que escribe cada lunes en el diario El correo, Pérez Luna se encargó de ponerle nombre propio a cada personaje e hizo escarnio del escritor en una ficticia defensa de la verdad y de la libertad de prensa.
Finalmente citó las lúcidas palabras de Vargas Llosa quien en un artículo aparecido en El Comercio menciona que se ha llegado a límites insospechados en los medios escritos y televisivos al poner en evidencia detalles personales de las vidas privadas de personajes públicos… Lúcidas palabras pero desmemoriadas también. ¿Alguien recuerda el Elogio a la madrastra? ¿La tía Julia y el escribidor? ¿No era eso embarrar honras y dignidades ajenas?
Definitivamente los burros no pueden hablar de orejas ni los periodistas añosos pretender ser virginales paladines de la verdad. El tiempo pasa pero no olvida, lo que hicimos ayer es el recuerdo del hoy y lo que hagamos hoy será el recuerdo del mañana y las palabras regresan como un búmeran a enrostrarnos la existencia que les dimos.