Es lo que sentimos los cajamarquinos con las actitudes de algunos congresistas que representan a Cajamarca, aquellos que en con un afán protagónico no hacen otra cosa que caer en el cinismo y la desfachatez, en lo absurdo y en el más portentoso ridículo.
El congresista por Cajamarca Werner Cabrera, es sorprendido ebrio una madrugada en nuestra ciudad en un conocido local en el que se suelen finiquitar las nocturnas veladas de fin de semana, donde además de ser una cantina es un lugar donde se venden caldos calientes en las frías madrugadas de nuestra ciudad. Sus asesores, en el colmo de la descaro, le recomiendan que emita un comunicado mostrando su indignación por haber ser filmado en un local que él menciona como una discoteca y que además es un lugar frecuentado por profesionales y todo tipo de funcionarios, lo que bien sabemos es total y absolutamente falso.
Un congresista es un hombre público y cada paso que dé será seguido con atención, cada palabra que diga será guardada celosamente porque es el representante de miles y miles de peruanos que lo eligieron como su representante, cada borrachera que se dé será el equivalente a la vejación moral de todos aquellos que lo eligieron como un representante al que creyeron digno. En el colmo del desparpajo, el congresista no sólo es descubierto libando licor en un lugar público a altas horas de la madrugada, sino que se atreve a dar declaraciones en un estado de embriaguez lamentable y peor aún en el colmo de su execrable chauvinismo atenta, aprovechando el furor y el valor que le da su borrachera, y lanza una serie de improperios en contra del presidente de la República Peruana.
Los medios de prensa nacionales destaparon la noticia de inmediato y el cajamarquino Werner Cabrera quien ya nos había avergonzado en otras oportunidades en los estudios de televisión cuando su parquedad y desconocimiento ante temas tratados eran evidentes, una vez más ponía el nombre de Cajamarca en los diarios y programas televisivos, haciéndonos quedar nuevamente como un grupo de ignorantes, pues se generaliza el gentilicio y el término cajamarquino no sólo lo incluye a él sino que se hace extensivo y se cree que todos somos así, que todos pertenecemos a la misma manada.
Para colmo, días después, hace una aparición pública y corona nuestra ajena vergüenza haciendo una patética defensa del dictador Hugo Chávez cuando un grupo sólido de periodistas protestaban frente a la embajada venezolana en Lima ante el cierre del histórico canal venezolano RC TV, Radio Caracas Televisión. 13 mil 620 votos´que obtuvo el congresista no le dan derecho para humillarnos tanto a los cajamarquinos, sin embargo esa es la democracia.
Felizmente que hay quienes se encargan de mostrar al Perú que los cajamarquinos no somos esa gente incompetente solamente y surgen mis paisanas hualgayoquinas campeonas nacionales de fulbito femenino para dejar el nombre de Cajamarca en alto y surge el coronel Chávarry dejando arriba a Cajamarca y otros más como el pintor Valeriano muerto en Italia, William Guillén y Socorro Barrantes, Luzmán Salas y Alejandro Rebaza para recordarnos que no todo esta perdido y para devolvernos la dignidad que otros nos arrebatan despóticamente.