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jueves, junio 28, 2007

Embarazado



Hace varios días un terrible malestar me agobia, el piso se mueve y siento mareos, es un malestar extraño que empieza a preocuparme, si hasta mañana sigo así iré al médico, me digo. Mientras leo un libro de Bayly en el que habla de su novia embarazada, de sus malestares y su paternidad inesperada.

Siempre los embarazos son maravillosos, incomprensibles en su totalidad, un hombre se forma en el vientre de una mujer y es un ser casi siempre perfecto con manos, dedos, uñas, labios, ojos, rostro, piernas, pies y más dedos y varios órganos que también casi siempre cumplen su función a cabalidad. Un ser que aprende a hablar, amar, cantar, reír, escribir y también a llorar.

Hace ocho años tuve un hijo, cuando aún se hallaba en el vientre materno le ponía a escuchar la música más suave, largas sinfonías de música clásica, orquestas, pianos y sentía sus movimientos suaves de regocijo al identificar algunas canciones, “Corazón de niño” de Diblassio “Historia de amor” de Debray y la “Larga y sinuosa carretera” interpretada por la sinfónica húngara. Cuando nació y tuvo uso de razón las reconocía perfectamente y sabía sus acordes y sones.

El embarazo en definitiva es el proceso más perfecto del mundo. Curiosamente los mareos, malestares y nauseas que tengo coinciden con los síntomas del embarazo cosa que no me preocupa porque evidentemente no puedo estarlo, por lo menos no en una situación física. Siempre estuve en situaciones embarazosas y embrolladas, pero son cosas distintas, no es lo mismo estar en una situación embarazosa que estar embarazado. Me río al pensar en ello, es una suerte no estar embarazado y tener que sufrir esa angustia de llevar a alguien dentro de mí a todas partes, al cine, a las librerías, a las siempre aburridas conferencias de los viernes por la noche, sin poder tomar vino ni café. Son admirables las madres que después de tenernos nueve meses en su vientre nos tienen largos años a su lado para que un día sin el menor escrúpulo, con el pretexto de “Así es la vida” les digamos adiós a mitad de una tarde y solo les dejemos retratos y recuerdos que aprenden a admirar con veneración por que las visitas se hacen más espaciadas cada vez con esa otra historia del tiempo y el trabajo.

Me dirijo al diccionario a buscar los sinónimos del término embarazado y con admiración descubro que también puede usarse en algunos casos: perplejo, detenido, obstruido, empantanado, irresoluto, desconcertado, desorientado, azorado, entonces me digo que desde ese punto de vista sí estoy embarazado, porque con los mareos que tengo me encuentro desconcertado, desorientado y azorado. Luego de meditar sobre tan delicado tema me doy cuenta que el libro me ha aturdido y me ha sugestionado, por eso le coloco el separador en la página 369 y lo dejo sobre la almohada.

De pronto suena el teléfono y una voz muy queda me habla con frases tiernas, me dice que ha ido al médico y que tiene los resultados del examen, que dio positivo y que seré padre de nuevo. Escucho su voz y guardo un silencio, estoy perplejo, detenido, obstruido, empantanado, irresoluto, desconcertado, desorientado, azorado…pero feliz como nadie. En realidad sí estoy embarazado, me digo. Y cierro los ojos pensando en mañana, en nuestro embarazo de a dos, en las responsabilidades y las risas que vendrán y lloro, lloro… pero de infinita alegría.

El viento frío de la mañana me llega como un suave rumor de una vida nueva.

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