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miércoles, marzo 14, 2007

Valeriana: Su lenta extinción y nuestra indiferencia




La Valeriana es una planta de tallo largo y gruesas raíces, suele crecer en los lugares húmedos, sus flores pueden ser blancas o rosadas. En los meses de otoño generalmente se extraen las raíces de esta planta y se las ponen a secar, cuando han secado despiden un olor fuerte que atrae a los gatos por lo que también se le conoce como “La hierba del gato”. Una infusión de Valeriana es un excelente remedio para la ansiedad, depresión y básicamente para el insomnio, regula los problemas de arritmia cardiaca. La planta está distribuida prácticamente por todo el mundo. En el siglo II A.C. Galeno la recetaba como un eficiente somnífero.

La Valeriana la podemos encontrar en Cajamarca en sus formas más diversas, en cápsulas, en filtrantes, en destilados, extractos, comprimidos, spray, en raíz. etc. La formas pueden variar pero no la eficacia de esta milenaria raíz cuya fama es reconocida en todo el mundo.

Una de las maneras más prácticas de prepararla es a través de los filtrantes que venden en cualquier bodega o centro comercial, los venden bajo el nombre de “relajante natural” y es recomendada por los profesionales de la salud como una de las formas más naturales para tratar el insomnio. Sin embargo hay personas que no toleran el olor ni el sabor ligeramente dulzón y amargo y prefieren las cápsulas de la raíz pulverizada. Las contraindicaciones que tiene son escasas, no se indica el suministro a menores de tres años, pues puede producir somnolencia ni a personas que conducen vehículos, por la misma razón. Tampoco a mujeres en estado de gestación.

En nuestros pueblos la Valeriana ha sido y es una planta muy conocida, su crecimiento es silvestre y hasta donde sabemos no hay en Cajamarca, ni en las provincias lugares donde se siembren estas plantas con el objetivo de industrializarlas, sin embargo algunos laboratorios farmacológicos están comprando a gran escala Valeriana, Manzanilla, Matico, Chancapiedra, Romero, Mejorana, Pimpinela, entre otras plantas, lo que ha generado una depredación inconsecuente para estas especies que se han visto mermadas casi hasta la extinción.

Tal es el caso de la Mejorana, planta aromática que se usaba en el Jamón ahumado que en las décadas de los sesenta dio inmensa fama al jamón de Hualgayoc que eran carnes de cerdo adobadas con menjunjes y mezcladas con salitre y Mejorana, planta que en la actualidad ha desaparecido y que apenas se puede encontrar en minúsculas cantidades casi extintas por la zona de Chetilla.
Somos poseedores de una cuantiosa riqueza que la hemos venido depredando sin miramiento alguno. Medio kilo de raíz de Valeriana cuesta cincuenta céntimos de sol, 200 gramos de raíz de valeriana, en un frasco, con una marca y un registro, en presentación de cápsulas cuestan 35 soles.

Nosotros somos los herederos de un legado que desconocemos, las plantas nativas que despreciamos por ignorancia, son adquiridas por laboratorios que registran la marca, la fórmula y hasta nuestras especies, luego nos las devuelven convertidas en fármacos que cuestan 60, 70 y quien sabe cuantas veces más, al valor que nosotros hemos vendido nuestro patrimonio natural. Es hora de tomar medidas, nuestras especies nativas se extinguen, mientras nosotros bailamos y bebemos alrededor de una unsha, de un árbol al que cortamos con un hacha o machete y cantamos…cantamos… como ya no podrán hacerlo en breve muchas especies.

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