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viernes, octubre 13, 2006

El Cementerio General ha colapsado



En el cementerio general de Cajamarca hace buen tiempo atrás que se vienen ejecutando exhumaciones de nichos en los que se aduce hay peligro de que se desplomen, sin embargo las estructuras no están debilitadas ni mucho menos, simplemente se trata de demoler antiguos pabellones para construir otros nuevos. Los cementerios son parte de la historia de los pueblos y por ende de la patria, en ellos descansan los restos de los seres que los habitaron en épocas distintas. La beneficencia pública de Cajamarca asumió hace mucho tiempo una política de reciclaje, en la que demuele pabellones para construir otros más grandes y modernos, a los restos obtenidos de los nichos se los deposita en un osario, donde en apenas unos metros cuadrados colocan los restos de casi mil personas.

La verdad es que el Cementerio General hace tiempo que se saturó, las autoridades deberían preocuparse en la urgente construcción de otro nuevo. Hace tiempo que la municipalidad hablaba de un cementerio nuevo construido por Huacariz ¿Por qué hasta ahora no se estrena? No es digno de un pueblo civilizado que se interrumpa el descanso de sus muertos con un absurdo pretexto de que hay peligro de que se derrumben los antiguos pabellones. Hace tiempo la sección de sepulturas del lado este del cementerio fue invadida con los nichos nuevos, un abuso sin nombre, pues la mayoría de los cadáveres sepultados en esa zona eran de familias humildes.

Las autoridades deberían preocuparse por construir nuevos campos de esta naturaleza, Cajamarca ha crecido y el nivel de mortalidad se ha incrementado como es lógico. Cada tarde dos o tres féretros son depositados en sus pabellones. La mayoría de restos que fueron trasladados a osarios correspondían a nichos perpetuos, pero como el paso del tiempo se encargó de ir dejándolos solos y abandonados, la beneficencia no tuvo mejor idea que desalojarlos.

No podemos cerrar los ojos ante una realidad tan evidente, Cajamarca ha crecido y con ella sus necesidades un cementerio amplio y moderno es una urgencia de primer orden, no es justo que se esté expandiendo hacia la zona de las sepulturas más pobres, de aquellos que vinieron de la campiña a enterrar a sus seres queridos, de aquellos que pagaron por un derecho y que probablemente son los que vienen una vez al año a ver a sus difuntos. Seguramente que muchos en este dos de noviembre, cuando vayan al encuentro con los seres queridos que enterraron, encontrarán sobre sus tumbas pabellones nuevos con nuevos nombres. A los pobres ni en la muerte se los respeta, a los humildes no se les permite descansar en paz. Las tumbas son las casas de la muerte, deben ser respetadas como tal. En otras ciudades sus cementerios son cuatro veces más antiguos que el nuestro y nadie los demuele para construir pabellones nuevos ¿Somos tan incompetentes que no podemos construir un cementerio que dure más de cincuenta años? ¿Qué esta pasando en Cajamarca que se ha perdido el respeto por la paz de los muertos? ¿Por qué no se demuelen las sepulturas del lado oeste donde descansan las familias notables de Cajamarca? El abuso más allá de la vida ha hecho que hasta en la muerte el cajamarquino pobre sea vejado por la incompetencia de sus autoridades.

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