El último domingo
el presidente Ollanta Humala, se refirió “veladamente” al expresidente Alan
García como “panzón”, acto que fue
festejado abundantemente por la gente que lo escuchaba y –cuando no- por la prensa
peruana.
En realidad no era
la primera vez que Ollanta Humala adjetivaba a Ollanta y a otros contendientes
de la política, lo hizo en su momento con Keiko Fujimori, Alejandro Toledo, Pablo
Kuczynski… lo cierto es que la cultura de nuestros políticos no es brillante en
la gran mayoría de casos y Ollanta Humala no es la excepción, recordemos sino
el cable de Wikileaks 1168589 en donde
se señala que el Jefe de Estado es una persona que “mete la pata con
facilidad”. Además agrega que es un “hombre sin preparación y altamente
influenciable por su esposa Nadine Heredia”.
Ollanta Humala al asumir el poder ya había anunciado que “el Perú no necesita
un Estado panzón y obeso” en clara alusión a García Pérez quien ha preferido no
responder a la torpeza política de Ollanta. Sin embargo mientras los escuderos
de Ollanta han salido a dar explicaciones absurdas sobre la expresión
desatinada del presidente y tratando de hacernos creer a los peruanos que era
una cuestión conceptual que no individualizaba sino más bien generalizaba, los
escuderos de García no se han quedado atrás y han dicho frases de antología,
probablemente una de las más memorables sea la lanzada por Mauricio Mulder,
quien ha calificado a Ollanta de “Forrest
Gump, -haciendo alusión al personaje protagonizado por Tom Hanks- “porque sale a correr sin saber por qué y no
tiene una ruta ni rumbo”. Frase que si bien es creativa resulta un insulto
inapropiado y mal dirigido en este circo absurdo en que se ha convertido la
política peruana actual.
No imaginamos a un
Belaunde Terry o Alfonso Barrantes cayendo en esas provocaciones y dimes y
diretes que desvirtúan la política y muestran el verdadero fondo de la política
y de quienes participan en ella.
Por otro lado, el tema
de la revocatoria de la alcaldesa de Lima también se ha convertido en el
escenario perfecto para que los involucrados en el NO y el SÍ al mismo estilo
del “cómico” Melcochita afinen la puntería y lancen los más extravagantes
epítetos contra sus adversarios, demostrando una vez más que política, mal
gusto, desatino, desacierto y torpeza siempre van de la mano.
Las constantes
adjetivaciones que se lanzan nuestros políticos han dado pie a que los
humoristas no tengan que contratar en sus programas a guionistas pues los
presidentes, ministros, alcaldes y congresistas se encargan de ello.
El tema de este fin de
semana serán los panzones y los poco refinados comentarios presidenciales –mismo
Alejandro Toledo en su momento- los escuderos de ambos bandos y una vez
más reiremos a costa de ellos, gracias a ellos, porque este gobierno ha
aprendido que pan y circo es una buena fórmula, que resulta y que capta eso que
llaman el “populorum”. Debemos ser el único país que tiene tantos guionistas de
programas cómicos mimetizados entre políticas y que sin lugar a dudas son
grandes comediantes, grandes, payasos en este circo que ellos actúan, ese circo
llamado Perú.