El flamante regidor por
Cajamarca, Roberto Canto Burga, fue juramentado el viernes luego de que se
determinara la vacancia del exregidor Julio Dávila.
Siguiendo el orden
establecido y el marco legal, la vacancia de Dávila emitida por el Jurado
Nacional de Elecciones obligaba a Roberto Canto Burga a acceder al puesto ya
que era su accesitario, sin embargo el nobel regidor ha ingresado y en sus
primeras declaraciones a la prensa ha expresado su carácter y postura
confrontacionistas hacia la actual gestión edil. Si tenemos en cuenta el corto
tiempo que le queda al actual gobierno municipal, concluiremos que lo más
sensato en este tramo final es la convergencia de propuestas y buscar el
cumplimiento de por lo menos algunas metas – sabemos bien que entre ellas no está
la conclusión del coliseo multiusos, ni el puente peatonal aéreo que atraviesa
la carretera Cajamarca Baños del Inca, obras que siguen inconclusas-
El regidor ha manifestado
abiertamente su interés en candidatear, internamente primero, para tentar el sillón
municipal por el partido que representa, el APRA. Esa propuesta desdibuja en
parte de un regidor que si bien puede ser de oposición, tampoco se trata de
ingresar con un afán de competencia y restar en vez de sumar.
Cajamarca necesita ahora
mucho consenso para poder cumplir medianamente las metas postergadas por una
gestión que no convenció a los cajamarquinos y que ha sumido en problemas de
diversa índole. Es la hora del consenso, de la unión de propuestas, de las
alternativas colectivas y de todos los frentes.