Desde que el
sociólogo e investigador Jaime Antezana hizo la grave denuncia de que había en
el Congreso peruano un número significativo de narcotraficantes o vinculados a
ellos, además de una considerable cifra entre alcaldes de distintas partes del
país –
entre las que figura la región Cajamarca, según lo ha referido el mismo Antezana
a este diario- una serie de ataques se han vertido sobre él como si
fuera nuevo que existen vínculos desde el congreso con oscuros negocios
cocaleros y similares.
Jaime Antezana hizo
una investigación importante en Cajamarca antes y durante el conflicto de Conga
plasmando importantes conclusiones que todos conocemos, para nadie es una
novedad que en Chota y Bambamarca se mueve importante producción de PBC - según
los mismos registros de la policía basados en las incautaciones que se han
hecho en los últimos meses- , sucede lo mismo en Celendín, San Marcos,
San Ignacio y Jaén. Santificarse en estos momentos no va a servir de nada,
hemos vivido a la sombra del narcotráfico y hasta se han hecho canciones y
dichos populares al respecto como: “Quesos con corazón” haciendo alusión
al transporte de la droga en los famosos quesos que se llevaban a las ciudades
de la costa o aquella canción modificada, pero expresa un sentir pueblerino y
es casi un himno “… donde se siembra el opio y la cocaína”.
Hace unos días, en
una entrevista que le hizo Aldo Mariátegui a
Jaime Antezana y la congresista Cecilia Chacón, Cecilia Chacón le
increpó furiosa al sociólogo la denuncia que había hecho e ironizó sobre la
verdad de tan grave acusación a lo que Antezana respondió ¿Acaso tú no me mandaste en pleno
conflicto Conga a que mapee la droga en Celendín?
Resulta extraño que
el Estado deje en desamparo al investigador que hasta hace un tiempo citaba
como una verdad absoluta a cada programa en pleno conflicto Conga o en la crisis
que sucedía en el Vraem cuando los jóvenes policías caían con un efecto dominó.
Resulta misterioso que el mismo gobierno ahora trate de poner en una
encrucijada al sociólogo que en determinado momento usó a su antojo. ¿será que
el tiró salió por la culata y hay varios nacionalistas en el tema?
Más allá del
espectáculo mediático que se da a diario sobre este caso en el que se le exige
a Jaime Antezana que se rectifique y se desdiga, pareciera que se está protegiendo
a algunos elementos conexos al gobierno. No puede ser posible que a un
investigador que sirvió tanto al gobierno, hoy se lo quiera abandonar a su
suerte y que además se lo exponga a situaciones peligrosas como al revanchismo
de los narcotraficantes y senderistas, a los que tantos años Antezana ha
dedicado sus investigaciones y ha develado muchos aciertos que han conducido a
conocer mejor ese problema y por ende dominarlo en cierta forma.
Hay muchas sorpresas
aun que se vendrán en los próximos días, muchas verdades que develar mientras
los congresistas saltan de ira como si alguien les hubiera dicho un insulto inenarrable.
El caso de Nancy Obregón es más que evidente, en nuestro congreso peruano se
legisla para grupos de poder y por intereses, desde universidades hasta
narcotráfico y en vez de condenar a Antezana lo que se debería hacer es
brindarle protección, develar la identidad de los mafioso y meterlos a la cárcel
y no al hemiciclo desde donde le siguen ladrando a la luna.