Mientras el papa Francisco
mantiene una postura aperturista en su prédica y se reúne, por ejemplo, con un
icono de la Iglesia Católica Peruana como es el sacerdote peruano Gustavo
Gutiérrez, impulsor de la Teología de la Liberación quien permaneció relegado
por Juan Pablo II y Benedicto XVI, Juan Luis Cipriani empieza a deslizar
críticas contra el sumo pontífice por esa amplia apertura.
Hace unos días Cipriani
puso el grito en el cielo y disparó arteramente contra el congresista Carlos
Bruce quien ha planteado la unión civil entre personas del mismo sexo como una
propuesta igualitaria en cuanto a derechos civiles se refiere sin afectación
del matrimonio ni de la familia como núcleo de la sociedad.
Mientras el cardenal
peruano se rasgaba las vestiduras acusando al parlamentario Bruce de homosexual
uno de los miembros de su rebaño era sancionado por el mismo Vaticano, se trata
de Gabino Miranda Melgarejo (53), miembro del Opus Dei, quien ha sido
destituido de su cargo de obispo auxiliar de Ayacucho por el Vaticano por ser
un pedófilo.
La información había sido difundida
por el presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Diego García
Sayán. El Arzobispado ha retirado de su página web el nombre y la foto de
Miranda Melgarejo, quien también dejó el sacerdocio, la noticia fue confirmada
por el obispo emérito de Chimbote, Luis Bambarén.
Las posturas casi
diabólicas que asume Cipriani en tiempos de consenso parece que resultan
obsoletas, los anteriores pontífices trataron de tapar las tropelías de sus
sacerdotes y pagaron millonarias indemnizaciones en todo el mundo como
reparación por actos de pedofilia, se trató de ocultar que la Iglesia Católica
estaba plagada de pederastas.
El Opus Dei ha intentado
negar la vinculación del sacerdote a ese grupo en un afán de quedar limpio.
Juan Luis Cipriani, máximo representante del Opus Dei no va a poder esta vez
quedar exento de esta incómoda situación y de hecho ya desde Roma – en
donde se encuentra- ha pedido
que “no se haga leña del árbol caído” y ha condenado y llamado de “mal gusto”
que un exobispo –refiriéndose a monseñor Bambarén- haya mencionado el tema a la
prensa peruana, es decir, Cipriani prefiere esconder la basura bajo la alfombra.
Para nadie es una novedad
la conducta de algunos sacerdotes que sodomizan monaguillos, sin embargo esta
vez Gabino Miranda no puede ser sancionado solo con la separación de la
iglesia, sino que debe ser sancionado penalmente, ya el Ministerio Público le
inició una investigación de oficio, aunque por el momento nadie sabe el
paradero del sacerdote.
La acusación que recae
sobre él indica que violó a un menor de 14 años, sin embargo, ha trascendido
que habría varias denuncias de niños más, abusados por el exobispo ayacuchano
quien trabajó al lado de Juan Luis Cipriani en los años `90 cuando Cipriani era
obispo en esa región.
Según cifras oficiales del
mismo Vaticano hay 20 mil sacerdotes denunciados por pedofilia en distintos
países del mundo es por eso que el papa Francisco ha endurecido las sanciones
hacia ellos. Juan Luis Cipriani ha hecho un viaje misterioso y por demás
sospechoso al Vaticano llevando nada menos que unos presentes al papa
Francisco, se trata de reliquias pertenecientes a Santa Rosa de Lima y a San
Martín de Porres –generalmente los peruanos cuando buscamos
conseguir un favor solemos actuar así, particularmente algunos cajamarquinos cuando desean obtener algún
beneficio en Lima suelen llevar rosquitas o quesos, esta vez Cipriani ha volado
más alto- De cualquier forma deben ser las leyes peruanas quienes
sancionen al mal obispo pederasta que ya el Vaticano lo ha destituido y ha
condenado su crimen.