Las lluvias
recientes han dejado un problema grave en los cajamarquinos, no solo se trata
de la estela de desolación que las inundaciones han dejado, sino que existe
mucha indiferencia por parte de las
autoridades llamadas a aliviar este tipo de problemas.
A la indiferencia
de las autoridades se suma la falta de previsión que se ha tenido y la
imprudencia del ser humano de creer que existen lechos de ríos y quebradas,
secos que no retomarán nunca su cauce. La naturaleza tarde o temprano retoma
sus caminos y las consecuencias son palpables no solo en Cajamarca ciudad sino
en el interior de la región y en todo el país que afronta una temporada de
lluvias más excesiva de lo normal.
El problema puede
volver a repetirse y no solo en las partes más vulnerables como son las zonas
cercanas a los ríos y quebradas, sino que un fenómeno de magnitudes puede
suceder en cualquier momento en el ámbito urbano.
Pese a las
constantes invocaciones por parte de la municipalidad las calles están
atiborradas de basura en bolsas, lo que bloquea las acequias ubicadas a los
extremos de las pistas y hace que con las fuertes lluvias éstas colapsen. Las
partes bajas de la ciudad son las más afectadas con este problema.
Otro factor
importante que genera malestar son los montículos de material de construcción
que se dejan en las calles, arena, ripio, gravilla y todo tipo de agregados son
dejados en las calles obstaculizando el tránsito peatonal, vehicular y lo que
es peor, el agua de lluvia no puede discurrir libremente por las acequias y
surgen los problemas. Recientemente se hizo un operativo en donde se decomisó
este tipo de materiales del Centro Histórico, lo que ha resultado muy positivo,
sin embargo más allá de nuestro Centro Histórico, la ciudad está llena de
montículos.
Otro de los
peligros latentes es el colmatamiento de los cauces de los ríos. El río San
Lucas, atraviesa la ciudad entera, un desborde sería lamentable, sin embargo,
no existen trabajos de limpieza para evitar tragedias que lamentar, su cauce
está lleno de basura y desmonte debido a irresponsables vecinos que han
encontrado en él un vertedero de basura y desperdicios que se han acumulado por
años.
Resulta imperante
que se brinde ayuda a los damnificados por las inundaciones y a aquellas
personas que han perdido sus viviendas y con ellas parte de su vida, pero
también urge realizar trabajos preventivos y sobretodo concientizar a la
población de que una inundación de magnitudes nos afectará a todos, por lo que
todos debemos participar en las labores preventivas.
La labor preventiva
de las autoridades también implica la verificación del estado de los canales y
si estos han sufrido alteraciones, como la que hoy se denuncia, cuando ya los
hechos han sucedido.
Por cierto, cuando
algo así sucede no existen responsabilidades individuales, este es un problema
similar al de seguridad ciudadana, es decir, “es tarea de todos”, desde el que
arroja un papel a la calle o abandona su bolsa de basura en la calle
aprovechando la oportunidad de la noche hasta de quienes siendo su deber
realizar labores a gran escala las incumplen con total indiferencia.