De un tiempo a esta parte
han aparecido en Cajamarca diversos negocios que se dedican a estafar al
público, para ello se valen de publicidad televisiva, anuncios radiales,
volantes y una serie de artimañas.
Resulta indignante ver a
diario en la televisión publicidad engañosa de pulseras magnéticas que
supuestamente curan toda clase de males, nueces orientales que aseguran la
figura perfecta para quienes padecen de obesidad o simplemente de algunos
kilitos de más, pócimas milagrosas que curan el cáncer y el SIDA, afrodisiacos,
eliminadores de la frigidez y la impotencia y toda clase de artilugios para
atraer la buena suerte o como simples amuletos.
Cada uno de estos
productos cuenta además con una serie de supuestos casos comprobados de su
eficacia, distintas personas – que no son otra cosa que actores –
hablan de los prodigios de los productos y de la eficacia de su fórmula.
Debido a la ignorancia –
desconocimiento pleno – muchas personas abandonan tratamientos médicos
para someterse a probar esos productos y acaban agravando su enfermedad o su
dolencia y muchas veces las falsas pócimas los llevan hasta la muerte.
Lo preocupante de estas
estafas masivas (y con toda la publicidad del caso) es que sucede a vista y
paciencia de las autoridades a quienes parece importarles poco que este tipo de
productos -que además de ser una estafa enferman a la gente-, se expendan
y se publiciten libremente.
Los timadores, sin reparo
alguno salen en la pantalla a ofrecer su producto y hasta dan la dirección con
la consabida frasecita de: “última semana”, “Sólo por tres días”, “últimos
días” para generar expectativas en los potenciales clientes que van de
inmediato y directo a ser víctimas de sus embustes.
Parece que en la
actualidad uno de los principales males que aquejan a la sociedad es la
indiferencia y es esa misma indiferencia la que ha hecho que veamos ese tipo de
absurda publicidad como algo natural. Como es un problema estrechamente ligado
a lo cultural, es casi siempre la gente más humilde o la gente del campo la que
es víctima de este tipo de timadores.
A ello se suma la curiosa
oferta de miles de productos a precios increíbles, lo que a cualquier persona
puede hacer sospechar de que algo no anda bien con esa mercadería, y
efectivamente así es, son productos sin rótulos de Registro Nacional de Digesa
o que sencillamente contienen altas cantidades de plomo en la pintura de todo
tipo de productos.
¿Por qué el Ministerio
Público y la Municipalidad no intervienen a estos negocios que han hecho del
embauque y de la estafa un arte de vivir? Solo basta
encender el televisor para ver el sin fin de maravillas que ofrecen y que todos
sabemos son mentiras y mentiras.