La Defensoría del Pueblo se
ha unido a la campaña contra la televisión basura que se emite en horarios sin
protección al menor. El pedido empezó a circular el lunes 11 de marzo, gracias
al ingenio de un ciudadano. Hasta ese entonces solo contaba con un poco más de 9
mil firmas. Hoy, el pedido para regular
estos programas de televisión que son muy populares entre los adolescentes,
cuenta con más de 26 mil firmas.
El último martes uno de
los conductores de “Esto es Guerra” aseguró que, tanto el espacio que conduce
como “Combate”, no incumplen el horario de protección al menor. Mientras tanto
la Asociación Nacional de Anunciantes (ANDA) ha preferido guardar hermetismo y
no manifestarse al respecto.
Resulta lamentable que
mientras programas como “La Función de la Palabra” conducido por Marco Aurelio
Denegri o “Costumbres” de Sonaly Tuesta, tengan márgenes de sintonía que bordea
un punto, exista televisión basura exitosa que trasmita en horarios
inapropiados programas sin valores que solo alienan al televidente, lo más
lamentable es que el público que sintoniza estos programas son menores de edad.
Una de las primeras
personas que cuestionó los contenidos de la televisión nacional –aunque
parezca increíble- fue la periodista Magaly Medina, cuando apenas era
una redactora de la revista “Oiga” en esa oportunidad –comienzos de los 90-
criticó duramente en el programa “A fuego Cruzado” al célebre Augusto Ferrando
y su Trampolín a la Fama. Ferrando no soportó las críticas, enfermó, cerró el
programa y luego falleció de un derrame cerebral; un capítulo de la televisión
peruana se había cerrado después de más de 30 años.
Luego Magaly Medina
incursionó en la TV. hizo un programa de lo que más nos gusta a los peruanos:
El Chisme y el éxito fue tal que se convirtió en una celebridad, ganó millones,
transformó su rostro y su cuerpo – destruyó
matrimonios, generó depresiones y suicidios… - y después se retiró de la
televisión. Su fórmula fue infalible, hurgaba en la basura de los demás y la
exponía al público por televisión.
“Esto es Guerra” y
“Combate” son dos programas con formatos copiados de otros países en donde
hombres y mujeres bien dotados físicamente, con ropa muy escaza concursan y se enamoran, se frotan y se caen
unos sobre los otros, se inventan disputas y peleas, lágrimas y risas que
mantienen embobados los adolescentes y
niños que son su público mayoritario.
Cuando se creó el
Ministerio de Cultura, se pensó que en algo serviría, han pasado ya unos años y
no ata ni desata, los medios de comunicación no se van a autorregular nunca y
mientras ello suceda seguirán vendiendo programas repulsivos sin un ápice de
cultura, porque lo más cultural que tienen esos programitas son un ciclo de
preguntas en donde la chica linda no sabe cuál es el satélite natural de la
tierra y en donde el hombre con pinta de modelo responde que el Perú es un país
rico porque exporta cocaína.
Si un profesor pregunta en
un examen qué fue lo que pasó en uno de esos programas, sus alumnos sacarían un
veinte redondo –o una A- pero si pregunta quién es Vargas Llosa no sabrán
responder. Mientras tanto Ollanta Humala sigue hablando de inclusión y se ha
olvidado de la inclusión cerebral e intelectual que se le está dando a los
millones de peruanos que son esa parte fundamental de nuestra patria y
sociedad: los niños y los adolecentes.