Hoy es el Día de los Inocentes, esa vieja tradición en la que corresponde hacer bromas y que los medios de comunicación de América acogen cada año. No pretendemos burlarnos de nuestros lectores porque somos conscientes del papel que desempeñamos como medio de información, pero sí queremos seguir con la tradición por eso una nota de la página 3 hace una broma sobre un hecho improbable.
El año agoniza y lo sucedido en él pasa a ser parte de la historia, de los días que se fueron sumando hasta dejarnos, como siempre, ese sabor amargo de un año menos. Muchas personas queridas en la sociedad cajamarquina partieron, el Dr. Tejada, el Dr. Ortiz, el Machimina… corresponderá a nuestra edición de fin de año dar cuenta de cada uno de ellos.
Las figuras que más destacaron por sus cualidades siempre son difíciles de hallar, hay que buscarlas con lupa y muchas veces ni se las encuentra; en el año que acaba resalta titánico el nombre de Sergio Sánchez Ibáñez y su labor realizada en protección del medioambiente, la prominencia de sus actos lo catapultan como la figura más prominente en el escenario de los acontecimientos cajamarquinos.
Hay otros que en cambio, se fueron de algunas instituciones sin pena ni gloria, sin la menor vergüenza siquiera, mencionarlos a ellos ya ni siquiera vale la pena, sería rescatarlos del olvido y es mejor dejar que él se siga encargando de ellos para no recordarlos nunca más.
Por otro lado Cajamarca se quedó sin general y el último que tuvo fue reemplazado por un coronel, tampoco el UTC llegó a la profesional y una vez más los bomberos tuvieron que recurrir a las rifas para poder financiar los gastos básicos que su compañía requiere.
El acontecimiento del año sin duda es el surgido en torno al proyecto Conga, las marchas que evocaron al tiempo en que se defendió el Quilish y la lucha ácida por la vida y el agua. El amnésico del año bien puede ser Ollanta con su discurso de “quieren agua o quieren oro” y la patinada del año la de unos colegas que anunciaron la muerte de Samuel Quiliche Tocas, muerte que hubo que rectificar y lágrimas que recoger tras el traspié.
El evento del año le corresponde a la declaratoria de Estado de Emergencia a Cajamarca y tres de sus provincias, hecho que marcó el rostro de Cajamarca y que por primera vez la ciudad siempre verde por sus tierras de cultivos, esta vez lo hizo por los militares que llegaron a ella.
Las decepciones del año en cuanto a gobernantes elegidos democráticamente son varias, desde aquellos alcaldes que fueron elegidos por una abrumadora diferencia con respecto a sus competidores y que hoy no tienen ni el uno por ciento de su popularidad hasta el mismo Gregorio Santos quien entró con una gran aceptación y hoy es el presidente regional del Perú que más procesos penales afronta por los hechos ya conocidos.
En la escena nacional y mundial hay mucho que evaluar, los grandes desastres que dejaron al mundo, y la entrega del novel a nuestro compatriota Mario Vargas Llosa…
La vida cambia mucho en un año, siempre hay ganancias y reveces, amigos y afectos que nacen o se van. Los balances de fin de año siempre dejan cifras en azul y en rojo, heridas que se curan con el tiempo y otras que no cierran nunca. Un año siempre lleva parte de nosotros y el que viene algunas veces las renueva, otras solo nos llena de recuerdo y de ausencia.