La tinta indeleble en el Perú en procesos electorales tiene aproximadamente 50 años, la idea original de su uso fue para evitar que algunas personas puedan suplantar la identidad de otra y votar dos o más veces.
La Comisión de Constitución del Parlamento acordó eliminar el uso de la tinta indeleble en los procesos electorales además de reducir de cinco a cuatro el número de actas de sufragio, como parte de un dictamen que propone una serie de modificaciones a la Ley Orgánica de Elecciones.
El presidente de la referida comisión, Aurelio Pastor argumentó que actualmente el uso de la tinta indeleble carece de finalidad práctica y genera un gasto innecesario al Estado, aunque es algo tarde para haberse dado cuenta de ello, más vale tarde que nunca, eso de andar con los dedos pintados después de haber ido a votar nos mostraba ante los extranjeros como una tribu de seres anacrónicos, perdidos en el tiempo.
Según la ley aprobada los procesos electorales en los que había que pintarse el dedo medio de la mano derecha, en donde por cierto, en algunas mesas no faltaba un sádico miembro que gozaba hundiendo el dedo completamente, han pasado a la historia y solo serán a partir de la fecha un recuerdo de las viejas elecciones.
El dedo pintado pasará a la historia como una de las ideas más absurdas para evitar el doble voto o la suplantación de identidad. Después de cada elección los lavatorios de las escuelas quedaban pintados de color morado y no solo eso, sino las paredes de todo el trayecto desde los lavatorios hasta la salida.
Al final no faltaban los más creativos que antes de ir a votar cubrían su dedo con una capa de goma y luego de haberse pintado medio dedo retiraban la capa delgada de goma sin dejar la más mínima huella de la dichosa tinta. Otro método que daba buenos resultados era el usar una porción de ladrillo como exfoliante con resultados nada desdeñables.
Probablemente la idea de pintar de morado los dedos de los electores nació de algún ganadero acostumbrado a marcar su ganado con esa tinta muy conocida en las zonas ganaderas, en donde se marcan a las ovejas para determinar su propiedad o procedencia; una prueba más del atraso inverosímil en el que el país se halla sumido.
Si bien se han dado algunos pasos importantes para la modernización de nuestros procesos electorales venideros habría que ver aspectos más inmediatos como el voto electrónico que además de ser rápido nos va a librar de angustiosos procesos llenos de firmas y ánforas, además de que reduciría los costos al Estado.
Finalmente el voto voluntario debe pensarse como una acción a futuro inmediato. Estados Unidos, tiene una de las democracias más perfectas y el voto es voluntario; es un país en donde no se presentan más de tres candidatos y en donde claro, los presidentes siempre se quedan a vivir en su país luego de concluido su mandato y nunca tienen que salir huyendo a otros países.
Ahora que ya no se usará más la tinta indeleble en los dedos de los votantes, bien podría usarse esa tinta en marcar las frentes de quienes gobernaron de una u otra manera y no hicieron nada bueno, de quienes robaron y de quienes pasaron a la historia como uno mentirosos, corruptos y desdeñables ciudadanos.
En el Perú no solo los dedos de los votantes estuvieron morados en los procesos electorales por casi cincuenta años, sino que también estuvieron los ojos de la democracia y eso es algo que aún no hemos cambiado.