El Día Internacional del Libro es una conmemoración celebrada a nivel
internacional con el objetivo de fomentar la lectura, la industria editorial y
la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor. A
nivel internacional es promulgado por la UNESCO, que la empezó a promulgar por
primera vez en 1995. Se celebra cada 23 de abril desde 1996 en varios países,
siendo hasta la actualidad más de un centenar los que se han adherido a la
celebración.
En varios países de habla castellana, como en nuestro país, se celebra
este día como el Día del Idioma, diferente del Día Internacional de la lengua
materna celebrado el 21 de febrero.
El día 23 de abril fue elegido como Día del Libro y del Derecho de
Autor, pues corresponde al fallecimiento de los escritores Miguel de Cervantes,
William Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega en la misma fecha en el año
1616 (aunque realmente no es así: Cervantes falleció el 22 y fue enterrado el
23, mientras que Shakespeare murió el 23 de abril… del calendario juliano, que
corresponde al 3 de mayo del calendario gregoriano). En esta fecha también
fallecieron William Wordsworth (en 1850) y Josep Pla (en 1981). La Unión
Internacional de Editores propuso esta fecha a la Unesco, con el objetivo de
fomentar la cultura y la protección de la propiedad intelectual por medio del
derecho de autor. La Conferencia General de la Unesco la aprobó en París el 15
de noviembre de 1995, por lo que a partir de dicha fecha el 23 de abril es el
“Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor”.
Ante el crecimiento de la tecnología y la ciencia hace un buen tiempo
que se habla de la desaparición de los libros en papel, es decir, un libro con
hojas y tapas de cartón o cartulina, lo que conllevaría a la desaparición de
las bibliotecas como tales; aquellos lugares silenciosos que tanto respeto
inspiran con su inigualable aroma a tiempo y que nos abren ventanales a otros
mundos y parajes desconocidos.
Hoy los libros se han hecho digitales, se pueden comprar versiones de
toda índole a través del Internet, existen incluso empresas dedicadas
exclusivamente a ello y se pueden llevar varios libros en un mismo aparato. El
mismo Vargas Llosa anunció en una entrevista reciente la desaparición del libro
en solo unos años.
Los libros son sin duda la base que cultiva a los seres humanos, los que
nos llevan a épocas y eras distintas, a ciudades que no conocemos, a mares
inaccesibles a tiempos inmemoriales; son la historia de los pueblos y de la
humanidad. Un buen libro reconstituye el alma y la llena de placer. Mientras se
añejan son mejores, sus historias perduran en el tiempo y entre sus hojas
recrean historias que nos legaron otros hombres como el testimonio de otras
vidas a las que nosotros no pudimos acceder pero que lo conseguimos al recrear
sus letras y desentrañar las historias que en ellos habitan.