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lunes, octubre 14, 2013

El pecado de Guillermo Abanto


La iglesia Católica sigue en el ojo de la tormenta debido a la inconducta de sus pastores, hace unos días una denuncia nueva salió a luz y tocó a otro de los hombres muy cercanos al nada santo de Juan Luis Cipriani.

Se trata del exobispo auxiliar de Lima, Guillermo Abanto, quien dimitió tras ser demandado por paternidad, reconoció que es el padre de una niña de dos años, según declaraciones suyas.

Guillermo Abanto aseguró que su hija no lleva su apellido por un acuerdo previo con la madre. “Ello no fue una decisión de una sola persona, sino de dos personas. No hubo, de ninguna manera, el deseo de negar o no cumplir con alguna responsabilidad”. Ha dicho muy suelto de huesos olvidando sus votos sacerdotales.

“Yo manifesté mi voluntad de hacerlo (de reconocer a la niña) y me hacen una demanda con cosas que no corresponden a la verdad (...) no he manifestado que no voy a cumplir con la niña. Eso no corresponde a la verdad, de ninguna manera”, agregó.

El pobre de Cipriani esta vez no ha salido a pedir que no se haga leña del árbol caído como salió a decir luego de que Gabino Miranda, el obispo acusado de violación a un menor fuera denunciado públicamente ante la evidente destitución de El Vaticano, nada de eso, esta vez ha salido a marcar distancia y ha dicho que lo hecho por abanto es una falta de hombría.

Abanto fresco como una lechuga le ha respondido: “¿Es falta de hombría asumir las cosas en silencio para no hacer daño a la Iglesia ni a las personas involucradas? ¿Es falta de hombría reaccionar con actitudes de paz y mansedumbre?”

Si la hombría se midiera por el apéndice que los hombres llevan entre las piernas no cabría la menor duda de que Guillermo Abanto sea hombre, ya desde el momento en que ha engendrado una hija no hay duda de ello, felizmente que la hombría tiene otra medida y es la de la lealtad y transparencia hacia los principios. El esconder un hecho como lo es un hijo o hija es una bajeza innombrable que ya no sorprende si viene de un religioso del entorno de Cipriani. Es falta de hombría negar a un hijo.

Lo cierto es que el nuevo escándalo pone una vez más en tela de juicio el entorno clerical del Arzobispo político, el que lanza discursos políticos apoyando a Fujimori y pidiendo su libertad mientras sataniza a sus oponentes.


Las buenas migas que tenía Cipriani con Benedicto XVI se acabaron ante la renuncia del expapa, la relación con el papa Francisco no es la misma y aquí nadie le va a permitir sus gollerías aunque él se escude vanamente en decir que se busca afectar la imagen de la Iglesia Católica, los únicos que afectan la iglesias y su imagen son los malos sacerdotes, los que faltan a su votos, los que delinque, los que incumple sus promesas a Dios y degradan a la iglesia a cada instante.

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