Una vez más Alberto
Fujimori vuelve a ser el protagonista de un show mediático. Acostumbrado a las
mascaradas y las actuaciones hollywoodenses ha vuelto a demostrar sus dotes
actorales para postergar el juicio por la compra de la línea editorial de los
diarios chicha durante la dictadura en la que gobernó junto a Vladimiro
Montesinos.
Recordemos la supuesta
búsqueda espectacular que hacía cuando Montesinos luego de la apabulladora
evidencia de los videos se hizo literalmente humo y el chino quería hacer creer
a los peruanos que había sido timado por su asesor, montado en una camioneta
con la puerta abierta era un Sherlock Holmes tras las huellas de su presa.
Cada juicio ha sido una
nueva sorpresa, guiños con su exasesor, muecas y señas misteriosas con su
familia hasta quitarse los zapatos frente a los jueces o literalmente
desparramarse sobre la silla a tal punto que los magistrados lo instaron a
ponerse el calzado y a sentarse correctamente.
Esta vez ha buscado
confundir a los peruanos con un maquillaje muy adecuado, avejentado y lánguido,
desgarbado y sin su acostumbrado tinte en su cano cabello una camiseta y sobre
ella una chompa cuello V para causar un efecto patético, a ello le añadió un tensiómetro
digital de brazo para complementar el ardid.
No cabe duda que “el chino”
cuenta con buenos asesores, han hecho del mediatismo su principal arma para
retrasar los procesos y para victimizarlo más de una vez.
Sin embargo el programa “Sin
medias tintas” difundió un video en el que se observa al expresidente Alberto
Fujimori con un estado de ánimo y vigor distintos a los exhibidos en el juicio
por los diarios “chicha”, cuando se le vio muy pero muy desmejorado.
En la grabación, Fujimori
le increpa a una enfermera por no dejar entrar a los legisladores a visitarlo: “¡Por
favor, deje pasar a todos los congresistas! ¡Usted puede ser responsable porque
se me sube la presión!”, dice. Lo que evidencia que el montaje de la
subidita de presión había sido cuidadosamente tramado.
Entre tanto, el mismo
exmandatario expresó su malestar vía Facebook: “El gobierno del presidente
Ollanta Humala me hostiliza y maltrata también en el hospital… Lo único que
buscan es mi eliminación física”, ha sostenido con el descaro
acostumbrado y que siempre lo ha caracterizado.
Alberto Fujimori ha vuelto
a su reclusión en el penal de la
Dirección de Operaciones Especiales (Diroes), ha vuelto a sus privilegios, a
cultivar sus rosas y al twitter, al Youtuve y a sus acostumbradas visitas
nocturnas. Mientras otros yacen bajo sus tumbas o siguen desaparecidos en
cualquier parte, no cabe duda que algunos tienen suerte aunque también buscan
dar lástima.