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miércoles, agosto 14, 2013

Nos hicieron el cuento del ladrillo y el cemento


·       Del Centro Histórico y sus detractores.

Se piensa equivocadamente que las casonas viejas son un problema, que el Centro Histórico retrasa la evolución de la ciudad y que la Dirección Regional de Cultura es disfuncional y la culpable de que Cajamarca no se modernice. Nada más falso ni obtuso.

Cajamarca es una ciudad que tiene una connotación en la historia del mundo porque fue el escenario del encuentro brutal de dos culturas, de la Inca y la hispana, sobre la sangre de los miles de indígenas que fueron asesinados surgió la ciudad incipiente y las iglesias que simbolizan la conquista. Nuestro pasado y presente se encuentra en ese Centro Histórico que tanto detestan los que no conocen nuestra cultura.

La Cajamarca moderna no va hacerse en el centro, Cajamarca la nueva, la de corte arquitectónico contemporáneo tiene donde crecer, la ciudad está en expansión. Por resulta irónico que sea la Iglesia Católica la que menos respeto demuestra por el cuidado y la recuperación de los bienes culturales que le pertenecen. Es vergonzoso, por ejemplo, el enlucido con cemento que se le ha dado a la una vieja portada de cantería ubicada en un predio del obispado en el jirón Apurímac, constituye un atentado y merece una sanción inmediata.

Otro ejemplo de la angurria de la iglesia es la deformación de la fachada de lo que era el convento y que posteriormente fue el restaurante Cajamarquez y que hoy se alquila a una gran tienda comercial, para ganar espacio se ha cubierto el frontis con triplay  desdibujando la fachada original y afeando la arquitectura de la pieza monumental.

En el Convento de las Madres Concepcionistas existe un viejo muro que da al jirón Apurímac, el Muro debe tener siete metros de alto y está a punto de desplomarse - una parte ya lo hizo- La madres concepcionistas esperan aplicar la misma estrategia que aplican todos los vecinos que habitan el centro histórico y que no lo respetan, esperan que el muro se caiga –no importa encima de quien- y entonces realizar una nueva construcción, esta vez moderna – probablemente tiendas comerciales para alquilarlas e incrementar las onerosas rentas que ya perciben por todos los alquileres de bienes inmuebles-

Si instituciones sacras como la Iglesia Católica no da el ejemplo ¿quién lo va a hacer? Después se busca culpar a la directora del ex INC. El trabajo que realiza Carla Díaz, directora del INC es encomiable, lamentablemente es un trabajo que tiene poco respaldo por la falta de conciencia del vecindario.


Ojalá que en Cajamarca se hiciera lo que sucede en el Cuzco en donde se ha proyectado que para fin de año todas las calles periféricas de la plaza mayor se convertirán en pasajes peatonales, para proteger los monumentos arquitectónicos que son la fuente del turismo y del orgullo de los cuzqueños.

Lamentablemente en Cajamarca se piensa erróneamente en que el mercado central, la ex iglesia La Mereced es una casona que se debería demoler y construir un gran mercado, con ese pensamiento necio, absurdo y mezquino acabaremos pensando que El Cuarto de Rescate una construcción vetusta que habría que rehacer con el viejo cuento del ladrillo y el cemento.

Balcon Interior

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