El sábado 8 de
marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer Trabajadora o Día
Internacional de la Mujer, se conmemora la lucha de la mujer por su
participación, en busca de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su
desarrollo íntegro como persona.
La fecha es
propicia para realizar un examen del rol que cumple la mujer en nuestra
sociedad y en la vida diaria como uno de los ejes fundamentales de la familia.
Mucho se habla del
avance que ha tenido la mujer, del desempeño en casi todas o en todas las áreas
laborales, en los más variados oficios y de su incursión exitosa en la política
en el mundo entero, sin embargo existe aún un machismo enquistado que se
resiste a otorgarle sus reales derechos y que busca excluirla sistemáticamente.
Perú es un país
machista y Cajamarca es una ciudad en donde el machismo tiene raíces añejas,
los índices de violencia hacia la mujer son muy altos y las comisarías están
atiborradas diariamente de denuncias por maltratos y vejaciones.
En nuestro país un
88% de mujeres considera que se les discrimina en el mercado laboral ha
revelado una encuesta de Trabajando.com. De este total, un 40% señala que un
reflejo de este problema es que es poco el personal femenino que ocupa cargos
directivos, mientras que un 35% señala que esto se debe a que las ofertas
laborables son exclusivas para los hombres. En tanto, un 20% indica que se
discrimina con la falta de respeto y los abusos, y un 5% señala que se hace a
través de los salarios. El acoso al que muchas veces son sometidas es un tema
aparte del cual no existen estadísticas reales debido a que muchas callan por
vergüenza y otras sencillamente renuncian para evitar seguir siendo víctimas de
los pervertidos.
Se ha comprobado
que el rendimiento de la mujer en cualquier labor que no implique el uso de
fuerza física es óptimo con respecto al del hombre, no solo eso, el hombre es
mucho más vulnerable a los actos de corrupción, vemos por ejemplo a menudo,
noticias en donde detienen infraganti a funcionarios corruptos son
excepcionales en cambio los casos en donde se observa a una mujer como parte de
esas escenas.
Los hombres somos
más propensos a cometer faltas laborales – salir a comer un cebiche y tomar un par de
cervezas por ejemplo- no sucede lo mismo con las mujeres. Los hombres
somos más vulnerables a olvidar las cosas cotidianas y simples de la vida,
ellas en cambio más minuciosas en todos los detalles como las cuentas de la
casa, los recibos y sus fechas de vencimiento, los problemas de los hijos, las
ausencias en el devenir de los días…
El mundo se sigue
escribiendo en masculino y se evidencia con mucha fuerza. La mujer rural sigue
siendo la más excluida pese a que mucho se habla de inclusión, simple ecolalia,
excluida de la salud, de la educación, de sus derechos fundamentales como si la
diferencia de género fuera importante.
Cada 8 de marzo
debe servir para reflexionar y medir los avances verdaderos que se han hecho en
la materia, hay un Ministerio de la Mujer que solo es figurativo y que busca
presencia en casos mediáticos, en vedets golpeadas o en tristes y ridículos
episodios de la televisión; pero de los verdaderos casos, de los que nadie
habla, de los que nadie quiere saber siempre quedan en el Perú más íntimo, en
el silencio indefinido de los días y de la indiferencia vil de quienes este 8
de marzo hablarán de la mujer y dirán bonitos discursos, mientras un ramo de
rosas en los brazos de la ministra de la mujer sea el símbolo más hipócrita de
la exclusión y del olvido que sufren la gran cantidad de mujeres en nuestro
país.