Se siguen convocando a nuevas marchas y
contramarchas, pese al fracaso de las mismas. La abrupta caída de las
suscitadas la semana pasada ha sido una prueba fehaciente de que los
cajamarquinos han empezado a darse cuenta que en todas partes se cuecen habas.
Como dice el estribillo que se suele repetir en cada marcha: Aquí, allá, el
miedo se acabó. Bien podrí a decirse: Aquí, allá… la gente se cansó.
Y es que las oscuras intenciones de ambos flancos a
medida que ha pasado el tiempo se han puesto al descubierto y han evidenciado
los verdaderos intereses de tirios y troyanos mientras la economía Cajamarquina
se desangra en medio de un estancamiento que beneficia a otras regiones, que
beneficia a los políticos que buscan réditos, pero que sume en una profunda
crisis a los obreros del día a día, al taxista, al vendedor del restaurante,
del hotelero que ha visto mermados sus ingresos.
Los ronderos que al comienzo salían en grandes
bloques a tomar las calles y los que ofrecían sus pechos a las balas fratricidas
del gobierno se dieron cuenta que era absurdo quedar inválido o parapléjico en
una batalla en donde sus mariscales se escondían y solo buscaban agua para su
molino, aunque muchas veces llegara en forma de sangre. Ahí quedaron muchas
víctimas olvidadas por sus líderes, por sus azuzadores por los que los
encandilaron con discursos populistas. Y si sus líderes los olvidaron, ni que
decir del Estado, porque el gobierno siempre dijo que disparó con “balitas de
goma”.
Por otro lado, las contramarchas propuestas por las
entidades civiles que buscaban un rostro “anticorrupción” se desinflaron y se
ha caído en el desánimo absoluto. Y es que, nuevamente, la gente se ha dado
cuenta que hay muchos intereses electoreros de tras de cada rasgada de
vestiduras que algunos líderes de Cajamarca hacen para ganar popularidad y con
ello votos y ganar una elección.
Después de la gran estafa de Ollanta Humala al
pueblo cajamarquinos con el cuento de ¿quieren agua o
quieren oro? es difícil que se retome la credibilidad para los
líderes que siguen con esa propuesta y que en un inicio, aunque no lo quieran
reconocer, tuvieron un compadrazgo con Ollanta, casi un concubinato. La verdad ahora
pareciera ser que se quiere agua, que se quiere oro, pero lo que más se quiere
es trabajar.
Las expectativas en
el sector turismo para estas fiestas patrias son muchas del mismo modo que lo
son para toda esa cadena que significa un turista en Cajamarca. Agencias de
viaje, empresas de transportes, líneas aéreas, guías de turismo, restaurantes, hoteles,
taxistas, artesanos… es una larga cadena que se ve beneficiada con la presencia
de un turista, sin embargo, todo depende de las opciones que los turistas
elijan y si es que aun consideran a Cajamarca como una opción turística
elegible después de imágenes violentas, de estelas de muertes, de ronderos
golpeando a ladrones o a infieles o de marchas permanentes a favor o en contra de la minería… al final
esa es la imagen que proyectamos diariamente en televisoras y medios
nacionales.
Estamos en julio y
todos marchamos, porque estamos de acuerdo o porque estamos en desacuerdo, se
marcha en Lima, en Trujillo en Cajamarca… cualquier pretexto es bueno, otros
marchan pero a su casa, como algunos ministros y otros simplemente se marchan
por donde vinieron, en esta danza de marchas todos marchan al son de los
tambores de sus propias conciencias.