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viernes, mayo 04, 2007

Vicente Aleixandre: El Nobel del desamor y del desencanto



Poeta español nacido en Sevilla en 1898. Su infancia transcurrió en Málaga, y aunque desde los trece años se trasladó con su familia a Madrid, el mar dejó una profunda huella en su poesía. Fue profesor de Derecho Mercantil y miembro de la Real Academia Española desde 1949. Es uno de los grandes valores de la poesía del siglo XX.


Su primer libro, «Ámbito», fue publicado en 1928, al que siguieron, «Espadas como labios» en 1932, «Pasión de la tierra» en 1935, «Sombra del paraíso» en 1944, «Mundo a solas» en 1950, «Nacimiento último» en 1953, «Historia del corazón» en 1954, «Poemas de la consumación» en 1968, «Diálogos del conocimiento» en 1974 y póstumamente «En gran noche» en 1991.
En 1934 fue Premio Nacional de Literatura y en 1977 recibió el Premio Nobel de Literatura. Falleció en Madrid en 1984.


"La destrucción o el amor"La selva y el marAllá por las remotasluces o aceros aún no usados,tigres del tamaño del odio,leones como un corazón hirsuto,sangre como la tristeza aplacada,se baten con la hiena amarilla que toma la forma del po-niente insaciable.


Pág. 9(…) la cobra que se parece al amor más ardiente… MinaCalla, calla. No soy el mar, no soy el cielo,ni tampoco soy el mundo en que tú vives.Soy el calor que sin nombre avanza sobre las piedras frías,sobre las arenas donde quedó la huella de un pesar,sobre el rostro que duerme como duermen las florescuando comprenden, soñando, que nunca fueron hierro. A la muertaVienes y vas como el manto sutil,como el recuerdo de la noche que escapa,(...) Tu generoso cuerpo, agua rugiente,agua que cae como cascada joven,agua que es tan sencillo beber de madrugadacuando en las manos vivas se sienten todas las estrellas. La luzEl mar, la tierra, el cielo, el fuego, el viento,el mundo permanente en que vivimos,los astros remotísimos que casi nos suplican,que casi a veces son una mano que acaricia los ojos. (...) con todavía el calor de una piel que nos ama. Humana voz (...) Duele el día, la noche,duele el viento gemido,duele la ira o espada seca,aquello que se besa cuando es de noche. La dicha(...) amorosa presencia de un día que sé existe.

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