“Hipocresía,
morir de sed, teniendo tanta agua…”
Una
vieja canción de los Pasteles Verdes.
El fin de semana los
cajamarquinos hemos atravesado una de las situaciones más incómodas que puede
vivir un ser humano, se trata de la falta de agua.
De repente el viernes por
la mañana la ciudad amaneció sin agua, los tanques se vaciaron en pocas horas y
al cabo de solo medio día el desabastecimiento fue total y absoluto. Para
variar la empresa SEDACAJ no dio una respuesta clara en ningún momento, usó la
política del avestruz y escondió la cabeza… al final los recibos se van a tener
que pagar igual, sin más ni menos.
Para variar, mientras
Cajamarca sufría de una aguda deshidratación, los canales de televisión
transmitían un comercial –propaganda municipal- que era una
real cachetada al álgido momento que vivíamos en la ciudad; en el comercial se
anunciaba “MÁS AGUA PARA CAJAMARCA”,
gracias a las grandes obras que nos esperaban –en la publicidad se aprecia al
alcalde junto a unos tubos inmensos que renovarían las matrices que abastecen
de agua a Cajamarca de la planta El Milagro-. Ni ese día, ni los
siguientes hubo milagro alguno, porque ni siquiera llovió y los funcionarios de
SEDACAJ aprovecharon el fin de semana para hacer mutis y evadir sus responsabilidades.
Ante la presión social, se
anunció que se repartiría agua en cisternas. La verdad no sé si se llegó a
cumplir ello, al menos por los lugares en que transito nunca vi a ninguna
cisterna.
Pasado el fin de semana un
agua turbia y asquerosa empezó a brotar por los caños de los domicilios, encima
pestilente. Tampoco se comunicó nada en absoluta en una evidente burla e
irrespeto a los usuarios, es decir, a quienes financiamos los sueldos de los
funcionarios de SEDACAJ que han tratado a Cajamarca de la peor manera.
Los líderes ambientalistas
que hacen del agua su caballito de batalla se comportaron tan igual que los
funcionarios de SEDACAJ. No dijeron nada en absoluto –quizás porque aquí lo que menos
importa es el agua y son más bien los réditos políticos los que se persiguen-
Hace unos años, cuando el candidato Ollanta llegó a Cajamarca preguntó ¿Quieren
agua o quieren oro?, la gente respondió ¡Agua! Luego cuando ya era presidente
nos habló del goteo y el chorreo – en términos económicos cuando nos hizo el
cuento de la inclusión- el fin de semana en Cajamarca no goteó, menos
chorreó.
El conflicto de Conga
surgió en torno al agua. La principal fiesta de Cajamarca como es el carnaval,
surge en torno al agua y si Baños del Inca es una ciudad mundialmente
reconocida es por su agua. Tal parece que nuestro destino está muy marcado por
el agua, por eso resulta preocupante que recién ahora aparezcan unos
funcionarios de baja estofa de SEDACAJ a dar explicaciones vergonzosas,
inaceptables y hasta siniestras. Si hablamos de Respeto a Cajamarca empecemos
por aplicar sanciones a quienes no tienen planes de contingencia y han
demostrado ineficacia, ineptitud y que son capaces hasta de dejarnos morir de
sed.