Una vez más la población
celendina ha sido vejada. Ayer llegó la noticia de que Jhony Antonio Álvarez Terrones, fugó cuando era
trasladado de la ciudad de Cajamarca desde la ciudad de Trujillo en donde fue
capturado hace unos días.
Jhony Antonio Álvarez Terrones era el chofer del vehículo que
transportaba al equipo de Fútbol San Cayetano de Celendín y que representaba a
toda la región Cajamarca. Fue él quien premeditadamente encerró a los pasajeros
en esa unidad para luego desenganchar el vehículo y desbarrancarlo por 200
metros, más de una veintena de heridos y ocho muertos fue el saldo de ese vil
asesinato premeditado y confabulado por intereses ocultos que hasta hoy no han
sido develados. En su momento el tema abarcó corrupción policial y la
destitución de una fiscal en esa provincia. Peritos de Lima fueron los que descubrieron los hechos de cómo se produjo el
horrendo crimen.
Hace días que la policía de distintas partes del país ha sido
protagonista de escandalosas “fugas” puestas todas al descubierto. Tenemos el
derecho de dudar de esta fuga que resulta sospechosa en demasía. Un policía
solo se encargó del traslado, el reo viajaba además con su abogado y
misteriosamente aparecen dos encapuchados armados al llegar a Cajamarca y se
llevan al detenido. La historia es fantástica, pero nada creíble.
Las cámaras de vídeovigilancia pueden dar luces sobre este nuevo
escándalo policial. Las cámaras de vídeovigilancia están filmando las 24 horas
del día y pueden corroborar si el hecho es cierto o no, pero más allá de ello
hay irregularidades en la cadena de mandos que enviaron a un mozalbete a
trasladar a un peligroso criminal autor de varias muertes y que dejó con
discapacidad a varias personas ¿Por qué no lo esperó un patrullero?
Rony Anderson Tarrillo Peralta de 24 años de edad es el policía que tuvo
a cargo el trasladado del peligroso criminal que hoy ha vuelto a la libertad en
medio de una fuga que siembra serias dudas sobre la verdad de los hechos. Este
escándalo merece trascendencia nacional por la magnitud del crimen producido el
13 de octubre del 2008 y por las circunstancias en que se ha dado la supuesta “fuga”.
Es verdad que hay todo un oscuro trasfondo tras de este crimen y muchos
intereses y muchas personas involucradas a las que no le convenía para nada
esta captura. Cuando sucedieron los hechos Panorama
Cajamarquino dio cuenta del accidente y de las investigaciones con siete
portadas sobre el “accidente” y la evolución de las investigaciones. Muchas
cartas notariales recibimos entonces y muchas amenazas, por eso podemos dar fe
y testimonio de que tras esa fuga hay intereses enormes que han maquinado una evasión
que hoy tanto duele a la población celendina porque suena a burla después que
se había encendido una luz de esperanza con la captura de un hombre que no solo
asesinó con frialdad a ocho personas, sino que quiso rematar y remató a algunos
sobrevivientes de la tragedia.
La justicia tarda pero llega, la justicia es miope pero no ciega. No hay
peor verdugo que el tiempo, ni mejor juez que el tiempo. La verdad tiene que
salir a flote y las mentiras se hundirán junto a aquellos que las ejecutaron,
se hundirán junto a ellos en algún penal del país, cuando se haga verdadera
justicia, al menos eso es lo que todos esperamos indignados más que nunca.