Fue en el gobierno de Juan
Velasco Alvarado, cuando se promulgó la Ley Nº 17776 ’Ley de la Reforma
Agraria’. Es por eso que el Día del Campesino se celebra cada 24 de junio desde
1969. Fue el mismo Velasco Alvarado quien dijo aquella vez “Campesino, el rico no volverá a
comer más de tu sudor”… Hoy sabemos que es mentira.
Solo es una fecha
conmemorativa, para reflexionar sobre el rol del hombre del campo, del hombre
rural cuyos derechos son vulnerados con frecuencia reiterada y que siguen siendo
marginados sistemáticamente.
Son ese grupo social
excluido, aquel que se los hace esperar por horas sentados en las veredas en
las afueras de los bancos bajo un sol abrasador y sin ningún respeto, al final
ellos no son clientes de tarjeta dorada, ellos son el resultado de la “inclusión”,
los que van a sacar el dinero que el Estado les regala.
Es un grupo numeroso y
cuantioso, por eso tierra fértil para los políticos en campaña que encontrarán
hoy la oportunidad propicia para ponerse un poncho y un sombrero y regalar
picos y palanas, porque ellos solo saben labrar la tierra, pero también votan y
un voto es un voto, aquí todo vale.
Las cárceles están
atiborradas de ellos, sus derechos parecieran ser distintos al del resto de la
gente, a los de los citadinos. Ellos son los que lastiman con su presencia
ciertos centros comerciales y hasta los hospitales, imposible admitirlos en
clínicas particulares sin una mirada de desdén y asco.
La realidad del campesino
es muy distinta al del resto de ciudadanos del Perú “son ciudadanos de segunda
clase” como hubiera dicho Alan García y la hipocresía generalizada y endémica
nos hace que cada 24 de junio le digamos hermano.
Después de más de 500 años
de conquista, seguimos desdeñándolo, maltratándolo, omitiéndolo, redimiéndolo
de nuestras vidas. Porque después de más de 500 años no hemos aprendido aun que
es a ese grupo a quién tanto le debemos, nuestras costumbres más añejas, la
defensa inconmensurable del agua, la papa de nuestro plato, el pan de nuestra
mesa, nuestra vida misma, nuestra propia existencia.